¿Cómo pueden gustarme los juegos bélicos si odio desde lo más profundo de mi ser las guerras? Espero que, como yo, esa pregunta os la hayáis hecho la gran mayoría. Jugando para el análisis de Battlefield 6 me la he repetido una y otra vez. Sobre todo porque, cuando terminaba una sesión de juego y miraba al mundo, no podía dejar de sentir temor por lo que nos viene encima.
No tengo una buena respuesta para esa pregunta. Lo que sí sé es que me encantan los juegos del género. Los que son buenos de verdad, claro. Nunca sabré cómo es estar en un conflicto armado —espero y deseo que nunca lo sepa—, pero puedo decir sin temor a equivocarme que, en realidad, he estado en decenas de ellos. Y aseguro que Battlefield 6 es de los buenos. De los muy buenos.
Lo creo sinceramente. La saga había caído en su propio infierno con las últimas entregas. Apenas recordaban a aquellos títulos increíbles de su mejor época. Para mí, Battlefield: Bad Company 2 y Battlefield 3 son piezas imprescindibles del mundo de los videojuegos. En cambio, Battlefield 1 o Battlefield V me parecieron muy pobres en comparación con el nivel que debería mantener la franquicia.
No sé si sois supersticiosos o si hacéis caso a las señales que os manda el universo. Yo, la verdad, no mucho. Cuando ocurren es porque en nuestra mente las hemos dibujado así. Simplemente son momentos en los que coinciden situaciones que te invitan a pensar en ello. Uno de esos momentos me ocurrió con Battlefield 6: justo cuando empezaban los créditos, tras terminar la campaña, me llegó al móvil una alerta informativa. Decía que se había alcanzado un acuerdo para poner fin a uno de los sucesos más lamentables de los últimos años. Algunos podrían pensar en la Providencia.
Ese simple detalle me hizo apreciar aún más el juego. Desde la beta estaba entusiasmado con lo que ofrecía, pero tras probarlo a fondo… Ay, amigos. Creo que estamos ante el nacimiento de un nuevo rey del género. Solo hace falta que reciba un trato justo por parte de los estudios implicados y de la editora. Con solo ese detalle —y a la espera de lo que propongan sus rivales—, el juego tiene todas las de ganar.
Battlefield 6 pone toda la carne en el asador en el apartado multijugador. Ni pretendo engañar a nadie ni creo que sea algo que no se sepa de antemano. Sabiendo eso, la campaña hay que encararla tal y como es: un complemento vitamínico para reforzar la propuesta. Es tan necesaria como imprescindible; como el sol para nuestro cuerpo. A pequeñas dosis sirve para sentirnos mejor, pero no conviene pasarse bajo sus abrasadores rayos —a pesar de lo que predique un futbolista desubicado del Atlético de Madrid—.
La campaña en un Battlefield debe ser imprescindible, por supuesto. Tiene que servir para gastar adrenalina, ser intensa y explosiva, pero solo el tiempo necesario. En algunas ocasiones hemos visto en otros títulos del género cómo han prescindido de ella, y me parece un grave error. Debe existir siempre y estar bien cuidada. ¿Tiene que ser larga? Para nada. En este caso se puede completar en alrededor de 8 horas —menos incluso, dependiendo de tu manera de jugar—, una duración perfecta. Más de ese tiempo, para un FPS, me parece excesivo bajo sus abrasadores disparos y altas tensiones.
La historia nos lleva al año 2027. La OTAN está en horas bajas tras la retirada de varios países europeos, y ha surgido una nueva corporación militar con tecnología punta llamada Pax Armata. Durante nueve misiones nos pondremos en la piel del escuadrón Dagger 13, formado por Haz Carter, Dylan Murphy, Simone ‘Gecko’ Espinara, Cliff López y Lucas Hemlock. Iremos rotando de protagonista en cada misión para intentar atar cabos en una trama que se desarrolla mediante flashbacks.
Cumple con todo lo necesario para ser una campaña espectacular. Tiene explosiones por doquier, destrucción, tiroteos, armas, intrigas políticas, traiciones, situaciones límite y diferentes vehículos a nuestra disposición. Me ha sabido a poco el uso de vehículos en esta ocasión, pero en realidad lo agradezco infinitamente: soy más de tener los pies en la tierra. Aun así, repito que el modo historia es un complemento para el multijugador. No esperéis que os explote la cabeza con un excelso single player. Cumple a la perfección.
Battlefield 6 es mucho más que la beta que tuvimos ocasión de jugar hace unas semanas. En ella solo pudimos catar un pequeño pedacito de lo que es el juego completo. Es inmenso. Está impulsado por lo que han llamado Kinesthetic Combat System, un sistema de combate diseñado para dar más movilidad y opciones tácticas al jugador.
Con ese nombre puede que te eche para atrás, pero no hay nada que temer. Cuando te pongas a los mandos, a partir del 10 de octubre, te darás cuenta de lo bien que responde. Este sistema permite arrastrar a un compañero para revivirlo lejos de la línea de fuego, asomarse por las esquinas sin exponerse demasiado y controlar lo que sucede sin riesgo. También podremos esquivar de forma más eficaz las caídas y montar nuestra arma en casi cualquier lugar para reducir el retroceso de las más potentes.
Los modos de juego del multijugador vuelven a ser fascinantes: tanto los clásicos como los nuevos. El lema de Battlefield es «Guerra total», y lo es por algo. Siempre ha sido el rey de los grandes mapeados, y cuando digo siempre es tal cual. La saga ha ofrecido históricamente escenarios gigantescos donde el uso de vehículos casi se convierte en algo imprescindible. En ellos hay que adoptar una jugabilidad más pausada que en espacios cerrados, y en ese apartado nunca ha fallado.
Son un total de nueve mapas, con opciones tanto para combates a gran escala como para enfrentamientos más cerrados. Donde he notado una gran mejora es en los espacios pequeños. Como he dicho hace unas líneas, no quiero engañar a nadie: siempre he sido más de Call of Duty. Lo digo de la forma más honesta posible. Me gustaba más ese gameplay frenético en decorados reducidos donde te cruzas continuamente con los enemigos. Battlefield los ha tenido también, aunque nunca habían conseguido engancharme tanto como hasta esta nueva entrega.
Tanto el gameplay como el gunplay se han pulido hasta el extremo. Ahora me siento ultracómodo jugando. Da igual el modo que elija. Si eres un jugador habitual de los FPS, esta recomendación no va contigo; pero si no lo eres, configura los controles a tu gusto. La sensibilidad y el resto de parámetros forman un conjunto de ajustes imprescindibles para sentirte cómodo con el juego. Utiliza los primeros minutos para adaptar tu forma de jugar, y estoy seguro de que disfrutarás de la propuesta de Electronic Arts, DICE y todos los estudios responsables.
Existe un modo que aún no hemos podido probar. Battlefield 6 traerá de vuelta Portal, una herramienta fantástica para crear nuestro propio Battlefield. Tal cual lo lees: un sandbox en el que los jugadores podremos hacer realidad nuestra propia experiencia. Podría llamarse perfectamente Super Battlefield Maker, y con eso ya sabríamos a lo que nos enfrentamos.
Estoy seguro de que Battlefield Portal hará que Battlefield 6 sea un producto más redondo si cabe. Prácticamente ya lo es con la campaña y el multijugador, pero me he quedado con las ganas de probar de forma anticipada la vuelta de la herramienta de creación de mapas y modos de juego. Lo haré en cuanto sea posible y, si el tiempo me lo permite, os contaré qué me ha parecido en un nuevo artículo.
En mis impresiones de la beta ya fui muy claro al respecto y ahora lo soy más: en condiciones normales, y tal como se están desarrollando los acontecimientos, Battlefield 6 debería arrasar con todo a su principal rival. Tiene todas las armas para hacerlo. Su campaña es intensa y su modo online volverá a ser una referencia del género. La comunidad, además, recibe de nuevo Portal, por lo que pronto se llenará internet de las creaciones de los jugadores. Se ha ventilado a la competencia.