El merchandising se ha convertido en algo bastante común entre los creadores de contenido. Las camisetas, gorras o tazas de los streamers vuelan entre sus fans, que buscan llevar un trozo de su ídolo en el día a día. Sin embargo, no todos se animan a sacar su propia línea, y Spreen es uno de esos casos. Aunque ojo, su motivo no es la pereza ni la falta de interés: él lo tiene clarísimo. Si sacara merch, sería tan bueno que casi nadie podría comprarlo.
Tan bueno… y tan caro. El argentino no se imagina lanzando ropa barata, de esa que se rompe a los pocos lavados. Si lo hiciera, sería con calidad máxima, con prendas que él mismo querría usar. Y claro, eso dispara los precios. Tanto, que según él, los compradores se echarían atrás antes incluso de pensárselo dos veces.
Spreen lo explica con un ejemplo muy gráfico: imagina que lanza camisetas y un chaval de su país le pide a sus padres que se la compren. Cuando estos se nieguen por el precio, la culpa recaería sobre él por vender algo «excesivamente caro». Esa presión y las críticas que llegarían detrás son justo lo que quiere evitar.
Alternativas ha pensado varias. Incluso lo de vender a precio de fabricación, sin margen de beneficio. Pero ni por esas: el importe seguiría siendo alto para la mayoría de sus seguidores en Argentina. Y en ese punto, prefiere no lanzar nada antes que sentir que está vendiendo un producto que no encaja con sus principios.
Mientras tanto, otros streamers sí se han lanzado a probar suerte. Auronplay, por ejemplo, sacó una colección limitada de ropa y accesorios, con una mentalidad muy parecida a la de Spreen: primero la calidad, luego ya veremos el precio. La jugada le salió redonda, porque todo se agotó en poco tiempo.
IlloJuan también tuvo su propia marca, aunque parece haberla aparcado por ahora, y Rubius fue más allá: con su firma llegó incluso a patrocinar a otros streamers y hasta a boxeadores en La Velada del Año. Cada creador tiene su manera de verlo, pero Spreen, al menos por ahora, prefiere quedarse al margen.