Los juegos que nos llegan de una galaxia muy, muy lejana siempre son bienvenidos. Y más todavía cuando aparecen por sorpresa, sin que nadie los tuviera en el radar. El primer anuncio gordo que ha saltado en The Game Awards ha sido Star Wars: Fate of the Old Republic, un Action RPG para un jugador que promete despertar la nostalgia de los fans más veteranos, esos que aún recuerdan con cariño los legendarios Knights of the Old Republic.
El tráiler ha mostrado a un personaje que, a falta de información oficial, podemos asumir que será uno de los protagonistas. Le vemos llegar a un planeta remoto mientras busca una amenaza desconocida. La nave aterriza, las compuertas se abren y, en ese punto, todos los espectadores nos hemos quedado con la misma duda: vale, es un juego espacial, ¿es Star Wars?… pero ¿qué está pasando exactamente?
El personaje avanza hasta llegar a lo que parece su objetivo. Y entonces suena. El sonido. Ese fsshhmm inconfundible que cualquier fan reconoce al instante: un sable láser encendiéndose. Ahí se terminan todas las dudas… y también el propio tráiler. No hay más planos, no hay gameplay, no hay siquiera una ventana de lanzamiento. Lo único seguro es que Casey Hudson, responsable de Mass Effect, está al mando del proyecto. Un detalle que, como mínimo, invita al optimismo.
Por ahora solo se ha confirmado que llegará a PC y consolas, sin especificar cuáles. Ni generación, ni plataformas, nada. Misterio absoluto.
Lo que sí está claro es que The Game Awards ha arrancado fuerte. El evento ha ido con todo desde el primer minuto. Aun así, han repetido la misma costumbre de siempre: repartir un puñado de premios importantes en la media hora previa sin darle apenas relevancia. Un clásico que parece que nadie tiene intención de corregir.



