
Hoy vengo a dar envidia a todos los fans de Hideo Kojima. He cumplido uno de sus sueños: jugar por primera vez a un Metal Gear. Bueno, no es del todo cierto. De pequeño disfruté mucho del juego de MSX, pero años después el título de PlayStation me decepcionó profundamente. Ese fue el motivo principal por el que me bajé de la saga. Ahora Konami me ha dado una nueva oportunidad con Metal Gear Solid Delta: Snake Eater y tengo que admitir que me ha sorprendido.
Seguro que no hace falta que presente el juego: es una versión del clásico Metal Gear Solid 3: Snake Eater, el tercer título numerado de la franquicia. No me ha costado meterme en la historia al ser el primero cronológicamente. Puede que me haya perdido alguna referencia, pero he recorrido el camino sin problemas. O eso creo.
¿Qué no puedo aportarte? Pues evidentemente, me resulta imposible comparar fielmente esta versión con el original o con el remaster de 3DS. Aun así, para ser lo más riguroso posible, he revisado ciertos momentos del juego clásico y puedo asegurar que Metal Gear Solid Delta es el mismo título con un lavado de cara impresionante.
Las novedades no se quedan en el salto a Unreal Engine 5. Están sobre todo en el control y en la interfaz. Ahora podemos elegir entre un modo clásico o un modo moderno más accesible. También han colocado más a mano los menús del códec y otros elementos. Estos cambios facilitan la experiencia en pleno 2025, aunque quizás a los fans más puristas no les entusiasmen. Yo no lo veo un problema teniendo tan reciente la Master Collection.
Ahora bien, aunque por fin entiendo por qué se considera uno de los mejores juegos de la historia, tengo sensaciones encontradas. La historia es, sin duda, su gran punto fuerte. Snake y The Boss son dos personajes que merecen estar entre los más emblemáticos de los videojuegos. Sin embargo, algunas decisiones narrativas y escenas concretas me generan dudas.
Todas ellas, eso sí, son hijas de su época. O quiero creerlo. Metal Gear Solid 3 tiene más de 20 años a sus espaldas, pero sería deshonesto no señalar las partes que me han gustado menos. Como también lo sería no reconocer que en su momento, probablemente, no habría dicho nada. Un ejemplo está al principio, cuando Eva se baja la cremallera para enseñar escote sin motivo aparente. No es algo nuevo en la saga —Quiet sería la máxima expresión—, pero creo que Eva sería igual o más interesante sin ese detalle gratuito.
Metal Gear Solid Delta: Snake Eater es cine
Hideo Kojima es un fan declarado del cine. Eso lo sabemos todos, pero tras jugar a uno de sus mejores títulos entiendo hasta qué punto. Metal Gear Solid Delta: Snake Eater es, en sí mismo, un homenaje al séptimo arte. Si tengo que destacar algo por encima del resto es la fusión que logró entre videojuegos y cine. Aunque en ocasiones las escenas me parecen demasiado largas, resulta fascinante ver cómo Kojima trasladó a este juego su amor por las películas.
El cine está en cada rincón. A veces de manera obvia, como en la brillante intro que recuerda al agente con licencia para matar o en las conversaciones del códec. Otras veces de forma más sutil. En un momento, Snake debe arrastrarse por un conducto oculto tras un póster de una mujer en una celda. Como Cadena perpetua es una de mis películas favoritas, ese simple guiño —si es que lo es— me ha hecho reconciliarme un poco con Kojima… aunque todavía no sé si le perdonaré lo de Moby Dick Studio.
Listo para completar la saga
Si el objetivo de Konami es enganchar a una nueva generación de jugadores, Metal Gear Solid Delta es el mejor punto de partida posible. El reto no es pequeño, teniendo en cuenta la barrera temporal que suponen sus controles, pero si se animan a rehacer el resto de la saga, ya tienen a un nuevo jugador enganchado.
Voy a decir algo que hace apenas un mes me parecía imposible: la saga merece salir del cajón en el que está encerrada. Me da igual lo que pasara entre Konami y Kojima. Me importa un bledo quién tenga la culpa de aquella ruptura traumática. A estas alturas quizá nunca sepamos toda la verdad, pero lo que está claro es que Metal Gear debe volver. Y ahora no pueden dejarme así.
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