Milica ha hecho debutar a Ángel Avid en el que probablemente sea el momento más absurdo del verano. Al menos no ha sido lo que muchos preveían, incluido -creemos- el propio protagonista del momento. La influencer ha sabido moverse entre la ambigüedad y, finalmente, ha publicado el vídeo del debut de su fan. El resultado ha sorprendido a muchos y ha dejado claro que sabe cómo jugar con las expectativas de su audiencia.
La historia comenzó hace unos días, antes del combate de Milica contra Mercedes Roa en Supernova Strikers. En ese momento, la argentina calentaba motores no solo dentro del ring, sino también en redes sociales. Publicó un vídeo en el que prometía cumplir el sueño de uno de sus seguidores. La mecánica era sencilla: el comentario con más likes se llevaría el «premio«. Una jugada que generó un tsunami de interacciones, con cientos de fans lanzando propuestas de todo tipo.
El ganador fue un tal Ángel Avid, fan de, supuestamente, 17 años que dejó escrito un mensaje tan simple como directo: su deseo era «debutar» con Milica. Una palabra que, por sí sola, encendió todo tipo de interpretaciones. Y aunque la mayoría entendimos rápidamente a qué se refería, lo cierto es que su comentario se viralizó con fuerza.
Y aquí es donde llega el giro. El famoso debut no tenía nada que ver con lo que la imaginación colectiva había fantaseado. La influencer llevó a Ángel Avid a entrenar boxeo por primera vez en su vida. Guantes, saco, un poco de técnica básica y muchas risas. El chico cumplió su «sueño» de una manera muy diferente a la esperada, convirtiéndose en protagonista de un vídeo que rápidamente ha corrido como la pólvora en redes sociales.
Con esta jugada, Milica demuestra que entiende perfectamente el lenguaje en el que se mueve: provocar, generar expectativas y, al final, dar un desenlace que sorprenda. Si algo ha quedado claro es que sabe caminar en la delgada línea entre lo polémico y lo ingenioso.
El debut de Ángel Avid no pasará a la historia del boxeo, pero sí al de los momentos virales del verano. Y lo cierto es que, con lo absurdo y divertido del asunto, nadie puede negar que Milica ha vuelto a ganar la partida en el ring que más le importa: el de la atención mediática.